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Taria, de 27 años, en una tienda de campaña donde vive con sus dos hijos y otras familias ucranianas en una estación subterránea de metro. Muchos han estado allí durante aproximadamente una semana Lynsey Addario para The New York Times.
Por Elda Cantú Senior News Editor, Latin America |
Antes del inicio de la guerra, los analistas anticipaban una operación veloz para capturar Kiev, la capital, e instalar un gobierno favorable al Kremlin antes de establecer control aéreo y terrestre del país. |
Pero las cosas no salieron como los expertos creían. |
“Hemos demostrado que somos capaces de resistir con eficacia a la fuerza invasora”, escribió el jefe de la oficina presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, en un ensayo de Opinión. Y añadía con urgencia: “Necesitamos armas antitanques y antiaéreas y otras municiones”. |
En el episodio de The Daily de ayer, Eric Schmitt, reportero de terrorismo y seguridad nacional, señaló dos errores de cálculo por parte de Rusia: sobreestimar la capacidad de sus tropas y no prever la respuesta del ejército ucraniano y de los civiles que se han unido a una resistencia “creativa y efectiva”, como la calificó un funcionario del Pentágono. |
Ayer se cumplió una semana de la invasión. Hasta ahora, casi todos los 190.000 efectivos militares rusos que estaban concentrados en las fronteras han avanzado hasta cercar las principales ciudades, sobre todo en el sur, donde se han registrado intensos ataques a barrios residenciales. |
“La doctrina militar rusa sobre la toma de ciudades es tristemente práctica y mortífera”, explicó Steven Erlanger, nuestro corresponsal diplomático en Europa. “Favorece la artillería pesada, misiles y bombas para aterrorizar civiles y obligarlos a huir mientras mata a los defensores y destruye la infraestructura local y las comunicaciones antes de avanzar”.
La táctica parece estar surtiendo efecto.
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“Lo que estamos viendo es básicamente la Fase 2, que es un cambio hacia una guerra mucho más brutal, sin tacto y sin restricciones, que conducirá a muchas más víctimas civiles y batallas más sangrientas”, dijo Mathieu Boulègue, un experto en la guerra rusa. |
De hecho, un convoy de más de 60 kilómetros de largo compuesto de vehículos militares rusos ha estado toda la semana a unos 20 kilómetros del centro de Kiev. |
Ahí, miles de personas —sobre todo mujeres y niños— se han mudado a vivir en estaciones subterráneas de metro. |
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