De: Aislamiento Por Alejandro Villegas

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer permite apreciar de nueva cuenta la distancia que ha colocado el presidente entre él y las manifestaciones sociales de descontento.
Las vallas que se colocaron en derredor de Palacio Nacional y otros sitios emblemáticos, en ocasión de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, con el argumento de evitar daños al patrimonio nacional y una confrontación abierta, no son nuevas.
De hecho, aunque con menores dimensiones, durante casi toda la gestión del ciudadano presidente, las vallas han sido una constante alrededor de Palacio Nacional, para marcar un lindero infranqueable a todos los grupos sociales que se han manifestado y de los que se habla poco.
Los diferentes grupos de manifestantes que cotidianamente se expresan frente a Palacio Nacional, sólo son el antecedente de la manifestación de las feministas a las que tanto teme la 4T.
Sin duda, las imágenes de agresión y descontento serán utilizadas para justificar la colocación de las vallas, sin aceptar que si el ciudadano presidente en particular y la 4T en general, ya hubieran solucionado la problemática que sustenta la participación de las mujeres en este tipo de manifestaciones, no habría materia para su realización.
Pero de ello poco o nada se habla, porque siempre será preferible proyectar la manifestación de mujeres como un evento violento, que debe ser cuestionado y censurado, en lugar de brindar soluciones de fondo.
Sin embargo, al paso que vamos, la gestión del ciudadano presidente concluirá, sin que las mujeres del país se den por satisfechas, por lo que hace a los compromisos con su género.
Villano
El hecho de que el ciudadano presidente culpe de toda situación, ahora hasta a la confrontación del estado La Corregidora, a los gobiernos pasados, proyecta claramente su carencia de argumentos reales.
Y, por supuesto, la necesidad que siente de endosar culpas al pasado, como un elemento de encono social.

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